El estudio ha sido elaborado en colaboración con RedEmprendia, Santander Universidades, Ferrovial y el Insight Foresight Institute en el marco del Foro E2-I2 (Educacion Emprendimiento Innovación Inversión). Sus autores – Totti Könnölä, Sara Fernández López, Iván García Miranda, José Manuel Leceta y Senén Barro – han analizado las características propias de las Empresas de Alto Crecimiento (EAC) y los factores del entorno que pueden ser determinantes para su nacimiento.
Sus principales conclusiones son que la capacidad de innovación y la ventaja competitiva de las empresas españolas no se rentabiliza, el país sigue estando poco orientado hacia el emprendimiento y las EAC, lo que impide competir con fuerza en el entorno global. Además, existe todavía una baja tolerancia al riesgo y al fracaso y la cultura interna de algunas empresas no favorece la actividad emprendedora de sus trabajadores.
Para inculcar la idea de que “fracasar es sinónimo de intentar” el informe propone, entre otras acciones, diseñar políticas de seguimiento regular de la EAC que permitan su presencia de manera continua en los medios de comunicación, sirviendo de casos de éxito y generando un “efecto de imitación y el paso a la acción de potenciales emprendedores”.
En el aspecto normativo, los expertos afirman que los esfuerzos se han centrado en crear empresas, pero ignorando la necesidad de favorecer su crecimiento. Y añaden que existe una falta de coordinación entre administraciones que da lugar a duplicidades a la hora de realizar esfuerzos para reducir los procedimientos y puesta en marcha de un negocio, flexibilizar el acceso al mercado laboral y mejorar la fiscalidad.
Por otra parte, el estudio apunta que ni el entorno institucional, ni el bancario ni el fiscal contribuyen al crecimiento de las EAC. Para mejorar el acceso a la financiación para que este tipo de empresas puedan escalar, los autores del estudio recomiendan flexibilizar las condiciones de acceso al crédito, modificar los sistemas de apoyo financiero público, limitando las penalizaciones por una mayor asunción de riesgo, vinculando financiación y consecución de hitos y favoreciendo una mayor colaboración público-privada. En lo referente al capital privado, apuestan por mejorar las capacidades y métodos de los inversores españoles de capital riesgo para detectar y apoyar a las EAC.
Líderes en infraestructuras y formación
El estudio deja claro que España es uno de los mejores países del mundo en infraestructura digital, tecnológica e industrial, habiéndose llevado a cabo durante la última década un importante proceso de creación de parques tecnológicos en las principales áreas industriales, así como en torno a las universidades y centros de I+D. Esta dotación adecuada de infraestructuras es “condición necesaria pero no suficiente”. Conviene, según los autores del informe, llevar a cabo mejoras en la gestión integrada, coordinada y planificada de las mismas.
También se destaca la calidad de las escuelas de negocios, con un liderazgo creciente a nivel internacional. La otra cara de la moneda es el “importante desajuste” que parece existir entre la cualificación con la que cuentan los profesionales y lo que demandan las empresas. El estudio propone mejorar los incentivos económicos para evitar la salida de talento y diseñar programas de formación para ejecutivos de EAC, “dado que se enfrentan a un nivel de incertidumbre y exigencia mayores”.
Entre las recomendaciones del informe figura la necesidad de hacer pública de forma continua y actualizada la información sobre las necesidades del mercado laboral, profesiones con futuro y del futuro, así como las capacidades más demandadas por las empresas.